28 de marzo de 2010
Por que en el corazon no se manda
Donde la mirada es mas dulce que el simple suspiro invocado desde el corazón, no pude apartar mas mi sentido común de ese vicio intempestuoso de no poder dejar de verla y así con el paso de los besos me di cuenta que nuestros ojos no parpadeaban al unisono, para ese momento ya era demasiado tarde, siempre lo quise, pero desvirtué el daño que se le hace al corazón, y ante tan poco tiempo de espera nunca mire la daga enterrada en su pecho, y al tratar de alejarme de lo único que hice fue extraerle el alma con todo y latidos.
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