21 de febrero de 2022

Mi muy querida Toledano

Mi muy querida Mariana Toledano

 

En esto días que no estas en la ciudad, me doy cuenta de lo mucho que me haces falta, a veces creo que a pesar de la distancia puedes escucharme.

 

Te cuento que la mañana de hoy me desperté muy temprano y desde el primer momento has sido parte de mis oraciones como ya hace unos días es mi rutina.

 

Viajo tan lejos como las piernas me lo permiten, pero no logro alcanzar tocar tu cabello y besar tus labios, mis palabras viajan de tal forma que sabes que me encuentro bien por las mañanas y cabizbajo por las tardes y vacío de ti por las noches, aunque siempre sobreviviendo por la gran idea de que después de unos días te presentes a mi puesta con todo lo acumulado para lanzarlo sobre mi como un balde de agua fría.

 

El león de la cubeta me mira con desprecio como diciéndome que debería dejar de divagar entre tus pechos, se que le contaste los secretos de cómo enamorarte, y por mas castigo que le he propinado, no me dice nada, solo ríe con desdén, sujetando la rosa como el secreto que yo creía tener hasta el momento que no fue aceptada la lasciva invitación de dormir a mi lado.

 

Si las etiquetas decían buen viaje quiero que sepas que fueron los ganadores de la partida entre los buenos, nobles y tontos pensamientos, en contra de los que intentaron mal aconsejarme, ponchar tus llantas o robarte las llaves para que no te fueras, aun sabiendo que entre mas pronto partieras, antes regresarías.

 

En fin, dejare caer mis parpados pesados como juicios, y dormiré sin sueño, esperando tu regreso, con la amenaza de saber que una hora sin ti dura mas que una semana laboral.

 

Después de conocer el principio del placer, no puedo, ni quiero dejar de pensar en ti.

 

Incondicionalmente ¡Tu campeón!